Recuerda que echándote a ti mismo las runas, estás consultando un Oráculo en lugar de hacer que te lean la fortuna. Un Oráculo no te da instrucciones acerca de qué hacer, ni realiza predicciones de eventos futuros. Un Oráculo dirige tu atención hacia esos miedos y motivaciones ocultos que formarán tu futuro por su desapercibida presencia durante cada momento presente. Una vez vistos y reconocidos, estos elementos se absorben en el reino de la opción.

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